martes, 13 de abril de 2010

Que me lleve y que me traiga de cualquier lado a ninguna parte..

Estás por ahí. Aún no te conozco de nada, pero sé que estás por ahí. A veces me miras, a veces soy yo la que se deja ignorar, y todo siempre a través de una tercera, una extraña. Dura sólo un momento, una mirada, un polvo o un gesto, el tiempo justo para que me dé cuenta de lo que ya hace tiempo tú y yo sabemos. Que sí, que ahí sigues, que estás por ahí.
Me dejas hacer. Como quien se espera al hambre de postres. Un hambre de vuelta, un hambre innecesaria, un hambre de gula, vergonzosamente orgullosa de tanto hacerse esperar. Por eso me dejas hacer. Que las quiera, que las olvide, que las consienta, que me las ponga y que me las quite. Quieres que te vea de vuelta, que te quiera de vuelta, que volvamos juntos a cualquier sitio menos al lugar del que partimos.
Me vas a dejar. Sé que eres tú el que me lo ha de devolver todo. El dolor que causé, sin intención de hacerlo, pero dolor al fin. Las noches que tuve que ser y no fui, pero también, los días que fueron y nunca debieron de haber sido. Las relaciones que dejé por estar ya empezadas. Los besos que me acabé antes de estar acabados. El que me ponga en mi sitio, el que me saque de mis casillas, el que me haga perder el norte, el dinero, el tiempo y los papeles.
Tú ya me has encontrado. Sólo esperas el mejor momento, el más vulnerable, más debil, más amable. Pero los dos sabemos que ya me has encontrado. Es sólo cuestión de tiempo. Que te presentes en mi vida, me vuelvas loca y me des esa vuelta que me deje mirando hacia la nada del que ya lo ha visto todo.
Porque ahora sabes dónde estoy.
Y tú, tú más que nunca, estás por ahí.

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