domingo, 9 de mayo de 2010

Te regalo un cuento. Igual que podría haberte regalado un paseo por el parque o una carta de esas con besos. Un helado de frambuesa o una hoja de mi diario. Pero no. Al final quería que fuese un cuento.
No para que me quieras. Ni para que si te vas vuelvas echándolos de menos. Te lo regalaré para que puedas dibujarle un corazón, o para que se lo leas en alto a tu gato. Para que elijas el rap, o la canción de piano que suene de fondo mientras lo estés leyendo. Te lo regalaría para que juegues con él en el bolsillo de tu pantalón, mientras pienses que son mis manos, o para que cuando te enfades conmigo le hagas un garabato, o lo estrujes y lo tires por la ventana de tu habitación esperando que lo atropelle un autobús. Para que hagas tres mil fotocopias y lo pegues en los portales, como las esquelas. O para colgarlo en tu espejo. Y que te diga cosas por las mañanas. Para que claves alfileres en la palabra "ojos" los días que me quieras matar. Lo haré improvisando. Sin saber cómo acaba. Te regalo esta noche. Y todas las demás. Te regalo mi sonrisa, la de todos los días. Hasta que dejes de mirarme.
Te dejo abierta la ventana, rollo Julieta. Para que te cueles como los gatos. Para que me aúlles como los lobos a la luna...Y a las lobas. Para que me quieras cinco minutos. Y cinco más, y cinco más...

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